Ruta a la Cueva de los Maragatos. Nacimiento del río Guadalupejo. Guadalupe


Nacimiento del Río Guadalupejo

Ruta a la Cueva de los Maragatos

Texto: Miguel Urbina Gómez
Edita: Tope Ganso viajados@gmail.comIMG_8553[3]

IMG_8411[1] Esta ruta se puede recorrer de muchas formas. El punto de partida dependerá de las ganas de andar, del tiempo, o de las posibilidades que tengas a tu alcance.

Lo mas aconsejable es acceder con vehículo, casi cualquier coche puede hacerlo, hasta por encima de la cola del pantano del Mato, justo donde la pista gira casi 180 grados para volverse hacia el pueblo. Desde el mismo Guadalupe se puede coger una pista caminera que lleva hasta la cola del pantano. Desde allí seguimos el camino que sube hasta el punto aconsejado.

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El camino lo cogemos bajando de la población por la carretera antigua. En la revuelta del aserradero hay un camino que sube  paralelo al río. Ya es para empezar a disfrutar, casi todo transcurre a la sombra de grandes alisos, chopos, álamos..

IMG_8426[1]Este tramo se interna por el fondo del valle, que casi se cierra para hacer un ecosistema privilegiado. El curso esta declarado como Corredor Ecológico de la Biodiversidad, lo que viene a reconocer una calidad medioambiental muy especial.

Son cuatro kilómetros y medio en los que ya habremos tenido la oportunidad de pararnos a contemplar tranquilamente algunas construcciones, remansos encantadores y sobre todo la Presa del Mato. Tiene un emplazamiento espectacular y una orilla llena de vida. Se crían finos peces que aprovechan nutrias y pájaros.

IMG_8465[1] Cuando dejamos el coche empieza la subida. Pasamos por caminos cerrados por lo que dejaremos las cosas como las encontramos.

Si intentamos pasar desapercibidos tendremos la oportunidad de acercarnos a animales que difícilmente se avistan.

Jabalíes o ciervos entre los mayores, zorros, conejos, erizos entre los mas pequeños, también multitud de pájaros que anidan entre las ramas.

IMG_8439[1] Hay varios molinos en el río, de varios tamaños y destinos. A pesar de que todos están en estado bastante penoso, son un reclamo que parará nuestros pasos con sus mil interrogantes.

La belleza del entorno llega a ser extrema; los mas grandes poetas y pensadores de la historia de España se empaparon de esta naturaleza para expresar su mejor literatura. Nunca vieron castaños mas tupidos ni bosques tan frondosos; ni nogales, ni encinas, ni fresnos, ni un paisaje embalsamado por el olor de perfumadas matas como el que encontraron aquí.

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IMG_8471[1] Cuando nos vamos enfrentando la último tramo, el de la pendiente, la vegetación empieza a cambiar. Ahora el camino va a pasar por un castañar enorme.

Como está dedicado a la producción de vigas, aparecen en mata de varios pies que crecen vertiginosamente hacia el cielo: tiesos como una vela.

Según la época del año el paisaje va a cambiar radicalmente: en invierno sin hojas, los troncos parecen palos sin vida, en primavera, la hoja nueva alegra hasta el alma; en verano, aunque el verde ya no es tan vivo, conserva el encanto y el frescor; el otoño con su explosión de color será quizás, el momento mas espectacular.

IMG_8491[1] Se acaba el bosque subiendo a toda pastilla, llegamos a una casita en la que  hay una era de piedra. Tomamos aire y miramos para atrás y para arriba: nos enfrentamos a la casquera (pedrera) llamada Santa Ana.

De todas las que bajan por las sierras de las Villuercas, esta es la mas blanca y de piedra mas pequeña de cuantas conocemos. La cuarcita casi parece caliza en esta pedrera por lo que el resbalón es bastante probable . Es recomendable ayudarnos de un bastón.

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IMG_8496[1] Estamos ascendiendo por la pared de la izquierda según subimos y nuestro objetivo es acercarnos al los riscos que asoman como chimeneas de un paraje encantado.

Se conocen como los Hoyicios, su nombre deriva de pequeños hoyos, agujeros en la roca de pocos metros. Algunos son mas redondeados y otros mas naturales formados entre los estratos cuarcíticos, donde se abren brechas mas o menos grandes.

IMG_8547[1] Casi todos son de origen minero y sus restos son ostensibles desde el principio al final de la casquera, donde encontramos restos de mineral puro o fragmentos de roca con la mena adosada.

Y va a ser precisamente los restos de cascote extraídos de la Cueva de los Maragatos la que denotará su posición, ya que de otra forma será muy complicado dar con la entrada. Un montón de arena de un rojizo intenso en la boca de la mina es la pista que buscaremos, siempre tendiendo a bordear los ricos por la izquierda, la cueva queda a derecha.

IMG_8552[1] La cueva de los Maragatos es uno de los muchos misterios que encierra Guadalupe.

En el libro de las Hespérides de Mario Roso de Luna se relata la leyenda de la Cueva de los Maragatos; Fray Germán en su Historia de Guadalupe habla de la Cueva de los Maragatos, la descripción que él hace habla de pinturas , de lago interior…

Hay viejos que hablan de otras cuevas que todavía están por descubrir.

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DSC_4500[1] El caso es que la que vamos a  visitar se corresponde con la leyenda que contó Don Mario Roso. En ella se dice como un paisano y su mujer de Logrosán fueron objeto de un supuesto timo del mapa del tesoro típicos en la península durante el XVIII y XIX principalmente.

Muchos de estos papeles eran ciertos, pero otros muchos no. Nuestros personajes regentaban una posada y en pago de sus servicios les dieron un mapa. Dedujeron que la cueva debía ser una de la muchas de su montaña y cuando creyeron encontrarla se pusieron a sacar la arena y piedra que la colmaban.

DSC_4503[1] IMG_8563[1] IMG_8558[1] Al principio lo hacían a escondidas, pero no tardaron en ser descubiertos y mucha gente se puso manos a la obra.

Por lo que se ve, vaciaron unos 20 metros de lo que puede ser la entrada de una mina y no llegaron al final, pues sigue habiendo mucho material de relleno dentro.

Los trabajos pararon cuando el Prior del Monasterio y el alcalde les invitaron a abandonar esa absurda ilusión, ya que el mejor tesoro estaba en sus casas, en sus familias, en sus huertos y olivares.

IMG_8557[1] El tubo tiene como metro setenta de alto y poco mas de uno de ancho. Entra descenciendo bastante, luego hay un giro a izquierda para morir a unos siete u ocho metros.

En su interior solo vive algún murciélago y pequeñas arañas. Hay abundantes manchas negras procedentes del calentamiento para la rotura del mineral. Hay que llevar luces para disfrutar de la cueva.

Si no vamos a subir mas es el momento de mirar la lejanía para identificar los montes que rodean Guadalupe: Miramontes o el Horadado en la cercanía y las Sierras de la Palomera y los Motes de la Siberia mas la sur.

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IMG_8600[1] Una buena opción para volvernos es dirigirnos hacia el río lo mas directamente posible y visitar los riscos de enfrente. Según vamos aproximándonos apreciamos el grado de erosión tan importante que han sufrido estas rocas.

El paisaje es casi lunar, como si hubiera estallado una gran bomba que hubiera zaleado los riscos por todas partes. Están llenos de cuevas, pasadizos, piedras caídas en formas imposibles, postales de ensueño y mil atractivos que complementan la ruta de la mejor manera posible

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IMG_8606[1] Encontrarás construcciones sin explicación aparente, oquedades colmatadas hasta la entrada, donde a veces hay gruesos muros de piedra, caminos que no conducen a ninguna parte y los montones de piedra en su espectacular descenso.

Un lugar muy interesante el la unión de las dos madres de Guadalupejo. Aunque no veas el agua, la sentirás bajo tus pies, la oirás perfectamente en un estruendo que desciende bajo tierra aflorando y desapareciendo en metros. Lo normal es que haya bastante agua y las cascadas y pocitas se sucedan en la cabecera del valle.Una excursión para no olvidar.

Fotografías:

  1 comentario para “Ruta a la Cueva de los Maragatos. Nacimiento del río Guadalupejo. Guadalupe

  1. 30 diciembre, 2022 en 17:29

    Very creative ppost

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