Castillo de Halía. Monte Santa Catalina en Alía. Villuercas Ibores Jara. Extremadura


Castillo de Halía.

Monte Santa Catalina en Alía.

Restos en las Villuercas Ibores Jara. Extremadura

En 1329 escrito en un manuscrito que se conserva en el Archivo del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe se dice:

«Juan Fernández, yerno de Sancho Pérez, alcalle morador que era en el castillo de Halía, e su muger mari Sánchez, vendieron a esta yglesia las casas que dicen de Valdemedel que fueron del dicho Sancho Pérez pro preçio de CL mrs. de la moneda blanca es el maravedí X dineros.

Era de mill e CCCLXVII annos»

Es el primer documento donde se menciona la existencia de un castillo en Alía. Sobre su ubicación se puede discutir, pero la hipótesis mas razonable es que estuviera en el monte de Santa Catalina en cuyo regazo se asienta la población.

La idea se confirma mediante el recuerdo que se expresa en los Interrogatorios de Felipe II del siglo XVI, donde incluso hablan de un pueblo asentado en el monte..

Textualmente: «que dizen del Castillo questá a quarto de legua de Halía fue morada antigua de moros y ou dia pareçen edifiçios deçimientos y casares asiento de pueblo y planta de árboles…».

Los restos que quedan son abundantes y dispersos. A falta de estudios y escavaciones serias. En una vuelta por el lugar aprecias abundantes restos cerámicos por todas partes, aunque pequeños trozos, algunos son muy interesantes.

 

 

También hay muchas construcciones dispersas sin aparente nexo. En algunas se aprecia claramente el reaprovechamiento de paredes anteriores y en otras no está nada claro un uso agrícola o ganadero.

Trozos de muros de otros edificios por cualquier parte. Algunos son muy gruesos y podrían formar parte del recinto exterior.

Otra cosa que llama la atención son los numerosos montones de piedra; acumulados para aprovechar los pastos o pertenecientes al uso original de la construcción caído in situ.

Se accede desde el mismo collado de la carretera que va hacia la Calera, justo en el alto dejaremos el vehículo para buscar la vereda que corona el cerro. Desde su altura se domina la práctica totalidad del Valle del  río Guadalupe, una gran extenesión de terreno en la que se aprecia con claridad la diversidad de las tierras de Alía: riscos, montes, rañas…

En los interrogatorios de la Real Audiencia que se realizan en 1792 a la pregunta de que si hay castillos responden negativamente por lo que ya se había perdido la memoria de su existencia.

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