Ermita de San Matías en Castilblanco
Turismo en la Siberia de Extremadura
San Matías es un asentamiento tan antiguo como la población, incluso puede hacer mas tiempo que las gentes utilizaran como descansadero natural en sus movientos antes de subirse al pequeño cerro. Es un sitio apacible, con la cercanía de orilla norte del río Guadiana que está a escasos kilómetros, umbral de muchos caminos difíciles. A partir de la creación de la Mesta, el lugar va a ser parada obligatoria en el paso de reses, principalmente ovejas y vacas, en el trasiego anual buscando los pastos de temporada.
No se sabe sobre su construcción, pero si que la obra está remozada del siglo XVI, al tiempo que la iglesia de San Cristóbal, y como ésta, se realiza de fábrica de sillarejo El culto a San Cristóbal siempre estuvo relacionado con los viajantes a los que ayudaba a cruzar los pasos peligrosos
No se sabe sobre su construcción, pero si que la obra está remozada del siglo XVI, al tiempo que la iglesia de San Cristóbal, y como ésta, se realiza de fábrica de sillarejo
La historia se puede seguir al lo largo de su única nave. Está dividida en cuatro tramos de diferentes volúmenes y toda ella con cubierta de madera a dos vertientes.
Tiene ocho sólidos contrafuertes bastante desiguales que apoyan la construcción por cada costado, sujetando los arcos interiores que a su vez aguantan las tejas.
La entrada se sitúa en el lado de poniente, bajo una cubierta realizada entre dos de sus contrafuertes. La puerta esta rematada en ladrillo, con un bonito arco de medio punto.
El interior sobrecoge por su sencillez. En la simplicidad de sus formas esconde la esencia de la casa de todos que siempre fue, muchas generaciones de lugareños, pastores, caminantes y peregrios han dejado sus pasiones, alegrias y tristezas entre los muros de la ermita.
Cuatro grandes arcos de medio punto sujetan la techumbre a madera vista. El ábside es la parte mas elaborada, con una estilizada bóveda de luneta que le confiere una robustez mayor.
Parece inspirado en el de la iglesia, pues es mucho mas largo que lo habituales. En los paños laterales dibujan dos arcos a cada lado que sirven de arranque a la bóveda que lo cubre todo.
Allí se sitúa una imagen de Santa María, San Matías descansa a su derecha, esperando su día para salir entre sus paisanos. Ambas esculturas de gran belleza, expresividad y colorido.
Por la parte de saliente hay también un bonito pórtico sobre pilares de ladrillo que cubre casi dos terceras partes del lado con el mismo faldón de la naque.
Sirve de refugio a visitantes, peregrinos o caminantes, tanto de las sugerentes lluvias en otoño, como del rigor térmico del verano. Es mas bien bajo, lo que le confiere un aspecto muy singular.
Po el lado del mediodía se ha realizado un bonito atrio que sirve en los momentos de reunión, de estar, o de paso.
Hay fuente y servicios públicos, con lo que es lugar ideal para parar y refrescarnos, descansar y avituallarnos de lo que podamos necesitar. Castilblanco está a un paso y es paseo perfecto para acercarte a la arquitectura tradicional de la población y de la cultura agrícola y ganadera de los muchos hombres y mujeres que estarán encantados de compartir sus cosas contigo.
El entorno tiene un encanto especial, se plantaron muchos árboles hace años y ya empieza a formarse un espacio de gran belleza, fresco en verano y soleado en inverno. Hay merendero, papeleras y todo en las inmediaciones de un arroyo y enmarcado por el cerro y la ermita.
La Ermita de San Matías está marcada en la cultura local en un lugar preferente pues en ella se celebran los famosos Ranchos, fiesta muy querida por los habitantes y sobretodo por los que tuvieron que emigrar, que siempre gustan de volver a su tierra para festejarla.
Los Ranchos destacan sobre todas las demás. Algunos dicen que es una celebración de origen neolítico destinada a pedir la fertilidad de los campos. Tiene lugar durante cuatro días, en el Puente de Mayo; la gente del pueblo se traslada al paraje de la ermita con sus tiendas de campaña, allí tienen lugar los actos religiosos y festivos.
Los festejos, culminan con la Procesión y Redoma o subasta de dulces típicos, puja de las patas del Santo y concurso de carrozas.
Curioso es que la onomástica del Santo es el catorce de Mayo, pero se celebra en el puente de primeros de Mayo por la mayor afluencia de los emigrantes.
Enhorabuena, Miguel. Nunca había visto un reportaje gráfico sobre esta ermita tan completo como el tuyo. Muchas gracias por dedicarle unas líneas. Las fotos, estupendas. Acabo de descubrir tu blog y creo que me pasaré de vez en cuando a partir de ahora.
Un saludo