Ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad.
Primeros Pasos
Cáceres es un oasis de vida justo en medio de la penillanura trujillano-cacereña, la existencia de una microespacio entre la rivera del marco, el calerizo y las fuentes de Santa Ana permitió el asentamiento estable de grupos humanos desde tiempos inmemoriales.
Aquí se están estudiando restos de actividad humana que datan de un millón de años, considerados como los más antiguos de Extremadura y entre los más interesantes a nivel mundial.
Pero quizás, hoy Caceres es conocida en todo el mundo por la inclusión de su casco antiguo en la lista de Monumentos Patrimonio de la Humanidad que elabora UNESCO. Un reconocimiento que avala el alto valor cultural de la Ciudad Vieja de Cáceres.
Ex éxito de la ciudad reside en la asunción de la diversidad, aprovechando la mejor cara de cada aspecto de la vida y atenuando sus inconvenientes. La posición geográfica es estratégica; los caminos más importantes de esta parte de España pasan por la Ciudad: desde Madrid o Valencia a Lisboa y la famosa Vía de la Plata, que cruza la península de norte a sur por el oeste: de Sevilla a Gijón, son los ejes fundamentales.
La población busca acomodo y protección en uno de los extremos de Sierra de la Mosca, donde el agua facilitara la vida de forma ininterrumpida. En el entorno encuentran una variedad geológica poco frecuente.
Entre pizarras, cuarcitas, calizas y granitos… hay donde elegir los materiales para la construcción de la ciudad. Cada material es ideal para determinados usos y aunque las paredes de las casas se llenan de pizarras, las esquinas, portadas, ventanales, balcones y blasones se esculpen de granito; cuando las cuarcitas salen mas o menos proporcionadas también se aprovechan y la facilidad de moldeo de la caliza permite alguna filigrana especial.
Su término municipal es inmenso, el más grande de España, y por lo tanto muy variado. Todo el entorno tiene un alto valor ecológico, los ecosistemas varían con la naturaleza del terreno y sus aprovechamientos.
El modelo de la dehesa está plenamente desarrollado en gran parte del término, éste reparte espacios con los que se dedican a cereal y pastos, en algunas partes se desarrolla un ambiente estepario único en Europa. La Sierra de la Mosca y parte de la Sierra de San Pedro ponen la nota montuna en el paisaje hacia el sur, conectándonos con la Frontera de Badajoz.
Los calerizos siempre son un pozo de sorpresas, allí están las cuevas más antiguas, inmensos lagos subterráneos, y una actividad minera que ha vaciado gran parte del subsuelo de algunos lugares.
Las declaraciones mediambientales giran principalmente en torno al mundo de las aves. La Ciudad es de las poca Zonas de Especial Protección de Aves Urbanas que se ha declarado. Aquí es por la colonia de Cernícalos Primilla que anidan en el casco antiguo, pero hay otras que también despertarán nuestra atención como las cigüeñas.
Hacia Trujillo se extiende una estepa en que Sisones y Avutardas son las estrellas buscadas por ornitólogos de todo el mundo, comparten interés con águilas, milanos, halcones que cazan aquí; estamos en la Zona de Especial Protección de Aves Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes.
Un poco al norte encontramos el Monumento Natural de los Barruecos, declarado Paisaje más bonito de España, escenario de superproducciones como Juego de Tronos.
También el río Almonte, recientemente declarado Reserva Natural Fluvial por su conservación, ya que es el que presenta un curso menos modificado de toda Extremadura en su noventaitantos kilómetros de extensión. Hacia el sur encontramos los territorios más salvajes del muncipio; sierras y dehesas donde la ganaderia existente es extensiva y las mayores fincas explotan la caza como recurso principal, lo que permite un desarrollo integral de la naturaleza en miles de hectáreas.
Historia y Cáceres son sinónimos, historia con mayúsculas ya que en algunas cuevas se está describiendo la vida de hace un millón de años.
Entonces, aprovecharon los recursos de la Sierra de la Mosca; que con forma de U, guarda en su interior un oasis para personas y animales, que aguantaron, incluso en los periodos más crudos de los tiempos dejando rastros de sus pasos.
En la Cueva de Santa Ana, un millón de años de vida, en la del Conejar y Maltravieso lo mejor de las pinturas del Paleolítico Superior.
Asentamientos que han pervidido en las etapas del neólitico y en las primeras edades de los metales… hastas nuestros días.
El Centro de Interpretación de la Cueva de Maltravieso es donde podremos comprender mejor la importancia de este momento.
Durante la dominación romana, Cáceres tuvo el protagonismo que merecía.
Primero fueron los campamentos romanos, los militares de Castra Cecilia y Castra Servilia para asegurar el orden del territorio Vetón y Lusitano y los tránsitos, de las personas, mercancías y principalmente metales por la Vía de la Plata. Luego vendrá el establecimiento de la gran Colonia Norba Caesarina.
Restos romanos podemos ver en alguna de las puertas de la ciudad y paños de muralla. Por sus hechuras y dimensiones debieron tener unas dimensiones notables. Hay un Centro de Interpretación del Campamento Romano Cáceres el Viejo que nos retrotrae a estos tiempos con gran acierto en la forma y en el fondo.
La oscuridad general del momento visigodo aquí es completa, nada sabemos del momento, que seguro fue de gran destrucción y abandono. Tuvo que prolongarse largo en el tiempo hasta que volvamos a saber…
Es a mediados del siglo XII cuando los almohades refundan la ciudad y la convierten en un importante bastión defensivo.
Tiempos en que la frontera va y viene, no solo de norte a sur, sino también de este a oeste. Es más la presión que se hacen portugueses, leoneses y castellanos por el control del territorio que el empuje de los árabes y cristianos entre sí. Después de conquistas de unos y otros, finalmente Cáceres queda bajo la órbita de León.
A finales del siglo XII, antes de la última gran invasión almohade que recupera la ciudad para la causa de Mahoma, se funda en la ciudad la Orden Militar de Caballería de Santiago, seguramente en la iglesia que todavía conserva recuerdos de monjes guerreros, de un románico que se va y de un tiempo nuevo que se abre pasos entre espadas y mitos.
La reconquista final la llevará a cabo Alfonso IX de León en 1227 despúes de tres intentos.
A la ciudad se le asigna un territorio inmenso y se queda bajo la jurisdicción del rey, como contrapeso al gran poder que iban adquiriendo las Ordenes Militares en Extremadura.
El desarrollo de Caceres durante la baja Edad Media y durante la Edad Moderna va ser un tanto irregular. Mientras se hacen grandes palacios y casas fuertes la población no llega nunca despegar.
Las sucesivas guerras internas del reino: reyes católicos, los comuneros, las de sucesión… no hacen sin minar el escaso crecimiento que los buenos tiempos proporcionan a todo el mundo.
En 1653 participa en la creación de la Provincia de Extremadura con la compra de voto en Cortes. Cien años mas tarde no llega a 1700 las familas que viven en lo que todavía es un pueblo mediano.
Casi cien años después, en 1780 tiene lugar un acontecimiento decisivo en la historia moderna de Cáceres: Carlos IV establece la Real Audiencia de Extremadura en la ciudad, el máximo órgano judicial de la región.
Con ello llegaron un gran número de funcionarios de varias escalas y servicios jurídicos privados para el trabajo de los juzgados.
Se desarrolla el sector servicios y acuden nuevos pobladores con lo que se forma una burguesía que contrasta con el carácter rural que había tenido hasta entonces.
En 1822 se crean las provincias actuales y con ellas la nueva provincia de Cáceres, con lo que nuevos entes administrativos recalan aquí y se sientan las bases de un nuevo impulso demográfico. De esta época es la Plaza de Toros, considerada entre la mejores del pais. También se descubren los yacimientos de fosfatos de Aldea Moret y con ellos vendrá el tren, en 1881 se inagura la primera estación. Alfonso XII la eleva al rango de Ciudad un año después.
Ya en el siglo XX la histórica Diócesis de Coria pasa a denominarse Diócesis de Coria-Cáceres y la Basílica de Santa María adquiere el rango de Concatedral, El Centro de Reclutamiento, la Universidad de Extremadura… infraestructuras que posibilitan hoy una población de cien mil personas.
Todavía se nota un gran contraste entre las cuatro grandes áreas: el casco antiguo, el Cáceres Rural, el Cáceres del Siglo XXI y el Cáceres Verde. Cada uno de ellos ofrece una visión distinta de la naturaleza, de la vida y de los tiempos también.
El Casco Antiguo comprende todo el espacio intramuros, el declarado como Patrimonio de la Humanidad fundamentalmente, pero podemos considerar también una buena parte de los alrededores como parte de lo mismo, sobre todo a partir de las puertas de la muralla
El Cáceres Monumental se sale de la parte antigua para llenar calles y callejuelas de hermosos palacios, casas fuertes, casas solarielas, iglesias, conventos, ermitas… Es un viaje en el tiempo que transita entre los siglos con nuestros pasos
Las plazas, grandes y pequeñas, son un encanto en los distintos estilos que se construyen los edificios a su alrededor. Plaza de San Jorge, de las Piñuelas, de San Mateo, de las Veletas, del Conde Canilleros.
También las que rondan el casco antiguo, como la de de Santiago, Santa Clara o San Juan, y por supuesto la Plaza Mayor, un espectáculo de Extremadura que resume historia, arte y gentes como pocas .
Todas son lugares de encuentro y de parada, muchos edificios se reconvierten en establecimientos que atienden al turista o viajero, de tal manera que podemos detenernos en la contemplación, al tiempo que tomamos un refresco o recomponemos fuerzas con alguna tapas tradicionales.
Es el lugar donde año tras año se celebra el WOMAD, un festival de músicas del mundo que reúne a miles de personas que disfrutan de buenos espectáculos. Recorren todas las culturas en los escenarios históricos de la Ciudad.
También un Mercado de las Tres Culturas donde se pone de manifiesto la diversidad de la Ciudad, es de los mejores de España.
La hostelería cacereña se concentra en este espacio, aunque dispersa por toda la ciudad encontramos todo tipo de establecimientos.
Hay hoteles y restaurantes con estrella michelín y otros, casi de barrio, con alguna oferta gastronómica que sobresale sobremanera.
En las calles más turísticas y comerciales no faltan tampoco establecimientos tradicionales, originales y alguna cadena de restauración. Por aquí están los Museos, como el Arqueológico, la Casa-Museo Árabe, el Museo de la Concatedral, el Palacio Carvajal, el Museo de Semana Santa… hay otros centros culturales de exposiciones que siempre tienen una programación muy completa.
El Cáceres Rural se pega al casco antiguo, de alguna manera, forma parte de él. Es otra manera de vivir, otra parte de la población que pocas veces se presta atención, pero que aquí toma un interés especial.
Conviven casas mas o menos grandes con otras que son mas o menos pequeñas, La manera en que éstas se adaptan a los dos cerros que se llenan con el Cáceres antiguo configuran un entramado complejo de calles donde encontramos muchos elementos relevantes como el mosaico de chimeneas extremeñas de sus tejados.
Podemo ver la casa del vaquero que descubre la Virgen de Guadalupe, la sinagoga del barrio judío, la iglesia de Santiago y los alrededores hasta San Blas. Tambien la Torre e la Peña Alta..
El Cáceres Urbano es más ordenado y vertical, con un crecimiento que no parece tener fin. No dejan de urbanizarse nuevas parcelas donde se crean barrios que acogen a nuevos pobladores. Las autovías y las de carreteras de circunvalación intentar perimetrar el desarrollo urbano.
Las grandes avenidas articulan las calles principales: las paralelas Avenida de Guadalupe, en otro tiempo, las afueras, el central Paseo de Cánovas o Avda. de España, que dejando atrás el casco antiguo, llega a la Plaza de América o de la Cruz, Esta gran rotonda hace de eje al que llegan las otras avenidas principales de otros tantos caminos de salida de la ciudad: Gil Cordero y Ruta de la Plata hacia Salamanca, la Avda. de Alemania a Lisboa y Mérida, la de Antonio Hurtado hacia Trujillo por las Torres.
El Cáceres Verde también puede ser de obligada visita para aquellos viajeros que les guste alternar los monumentos, la cultura y la gastronomía con momentos donde el protagonista sea la naturaleza en sus muchas expresiones.
El Paseo de Cánovas puede ser el la escusa perfecta para un ligero paseo. Medio kilómetro de largo por cincuenta metros de ancho con un intenso arbolado, arbustos y plantas de distintas especies de todo el mundo. Una buena colección que entre ida y vuelta es un kilometrito majo entre rascacielos y avenidas.
El Paseo Alto es un lugar de bonitas vistas como aventura su nombre.
Una pequeña ruta de kilómetro y medio que nos saca de la ciudad lo suficiente para saber el terreno que pisamos, el paisaje que nos rodea y la estación del año en que vivimos.
Nos dirigimos a una vieja ermita, reconversión de las antiguas atalayas que defendían la ciudad, se sitúa en el camorro donde pararemos antes de volver sobre nuestros pasos..
Pero sin duda el mayor espacio verde es el Parque del Píncipe, que desde hace muchos años se viene trabajando como espacio de ocio, de desporte y de naturaleza.
Hay un gran estanque central que es atractivo para muchas aves y algún anfivio. Una parte se dedica a Jardín Botánico, hay zonas deportivas y repartido por todo el parque un Museo de Esculturas.
Cáceres es un espacio de encuentro de gentes de toda Extremadura, la diversidad y el carácter abierto son la norma. Además de sus propios recursos, incrementa su valor cuanto tienen en cuenta a sus vecinos, ellos hacen todavía más fuerte la leyenda del gran eje del norte de Extremadura y de la vías históricas hacia Lusitania:
Coria, el Parque Nacional de Monfragüe, el arte de Trujillo, los Jamones de Montánchez, Sierras salvajes de San Pedro y la Raya portuguesa en Valencia de Alcántara.
Cáceres es una Ciudad de Congresos, de Reuniones, de Ferias, pero sobre todo, es un pueblo que está a tu servicio, que son anfitriones como nadie de una manera de vivir, de una tierra y una cultura ancestral.